Para impulsar la paz en una sociedad, es necesario establecer una cultura de paz, a través de un conjunto de valores, actitudes y comportamientos, basados en el respeto a la vida, al ser humano y su dignidad.
Una sociedad donde predomina la cultura de paz es una sociedad en donde se participa y se lucha activamente por la justicia para todos sus miembros. Para consolidarla es necesaria una educación basada en el respeto a la dignidad y los derechos de todas las personas, la resolución de conflictos por vía pacífica, el diálogo constructivo, la solidaridad y la cooperación entre todos los individuos.
La cultura de paz requiere de una formación cívica que genere consciencia de que vivimos en comunidad, que debemos respetar siempre las necesidades y derechos de todas las personas. Para generar esta consciencia y reconstruir nuestro tejido social debemos consolidar algunos valores:
Tolerancia
Consiste en el respeto y aprecio de la rica diversidad que conforma las sociedades humanas. Ser tolerantes significa aceptar y respetar la identidad e ideas de las demás personas.
Solidaridad
Consiste en apoyar causas o intereses ajenos, asumiendo que su beneficio conlleva el beneficio de todos.
Responsabilidad
Es el valor que nos hace reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, algo fundamental para el cuestionamiento de nuestras actitudes.
Honestidad
Nos lleva a actuar con base en la verdad, dándonos un código o un marco de comportamiento ético. Es imprescindible para alcanzar la justicia.