La corrupción se asocia al abuso de poder público con el fin de obtener algún beneficio, una práctica que tristemente no solo se encuentra al interior de diferentes instituciones, sino que es replicada por los ciudadanos en pequeños actos cotidianos. Producto de la corrupción política y la falta de herramientas y capacidades, hoy la impunidad representa uno de los problemas más graves e injustos a los que la sociedad mexicana se enfrenta.
Aproximadamente el 95% de los casos denunciados en México permanecen en la impunidad y, en promedio a nivel nacional, únicamente existen 11 fiscales, 9 peritos y 14 policías ministeriales por cada 100,000 habitantes.
La imposibilidad de llevar a los responsables de los crímenes ante la justicia erosiona la credibilidad que la sociedad deposita en las instituciones a la vez que niega a las víctimas su derecho a ser reparadas. La sociedad mexicana es merecedora de prácticas políticas transparentes, donde la rendición de cuentas y la justicia permeen todos los actos.