Mohandas Karamchand Gandhi, conocido como Mahatma (alma grande), nació en 1869 en la India Británica.
Formado en derecho en Inglaterra, ejerció como abogado en Sudáfrica y luego regresó a la India. Comprometido con los derechos de los pueblos colonizados, lideró campañas de boicot contra los productos británicos, desobedeció leyes injustas y creó un movimiento de protesta no violenta que inspiró a millones de personas alrededor del mundo.
Gandhi defendió siempre la dignidad del pueblo indio, logrando finalmente la independencia de la India respecto al Imperio Británico. Su legado ha marcado el activismo mundial y la lucha por la paz, siendo un referente internacional de la resistencia no violenta.
Otros incansables activistas por la paz como Martin Luther King, Nelson Mandela, César Chávez y Malala Yousafzai son ejemplo de la inspiración e influencia del movimiento de Gandhi.
La lucha de Gandhi se basaba en dos ideas fundamentales: ahimsa (no violencia) y satyagraha (verdad y firmeza).
Ahimsa
Gandhi y sus compañeros tuvieron la determinación de renunciar a la violencia, obligarse a no dañar a ningún ser viviente bajo ninguna circunstancia. Este acto de amor de hacer el bien incluso a quienes hacen el mal les proporcionó una fuerza poderosa: la inquebrantable fuerza del espíritu y la verdad, ante la cual poco podían hacer las armas.
Satyagraha
Gandhi fue siempre muy disciplinado y apegado a los principios de la verdad y la justicia. Afirmaba que la desobediencia debía siempre ser “sincera, respetuosa, mesurada y exenta de recelo, estar apoyada en principios muy sólidos, no verse nunca sometida a caprichos y, sobre todo, no dejar que la dicte el odio o el rencor”.