Hoy México vive una grave crisis de criminalidad, violencia y violaciones a los derechos humanos, con más de 100,000 personas desaparecidas y siendo considerado como el cuarto país en el mundo en delitos del crimen organizado.
Resulta un desafío mayúsculo para la sociedad mexicana hacer frente a las redes criminales que, más allá del narcotráfico, dominan la mayoría de actividades violentas e ilícitas en el país, llegando a disputar a las autoridades civiles el control de amplias zonas de territorio y colocando a millones de personas en una situación permanente de vulnerabilidad social y de exposición a la violencia.
Para poder alcanzar un horizonte pacifico es necesario comenzar por identificar, nombrar y dimensionar las problemáticas más graves y profundas de violencia; solo así la construcción de una vida más digna podrá ser una posibilidad real.